La OMS alerta de la caída de la actividad física en el siglo XXI

El primer macroestudio de escala global para analizar la evolución de la actividad física de las personas en todo el mundo tiene una conclusión clara: un porcentaje elevado de los habitantes de países ricos está en riesgo de enfermar por culpa de su sedentarismo. Y un perjudicado indudable: las mujeres, que realizan mucho menos ejercicio que los hombres. Este trabajo, que abarca estudios sobre dos millones de personas y ha sido realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En total, un cuarto de la población mundial (27,5%), tienen su salud en riesgo por la falta de actividad física. Pero el principal problema que señalan los especialistas de la OMS es que en lo que va de siglo la situación no ha mejorado en absoluto: “Entre 2001 y 2016, los niveles de insuficiente actividad física han disminuido solo ligeramente y de forma insignificante”.

Al margen del fracaso global que estas cifras suponen, hay dos aspectos que resaltan en el informe. Primero, que como se ha visto habitualmente en este tipo de informes, las mujeres son las más perjudicadas por esta falta de ejercicio, puesto que superan en ocho puntos a los hombres en esta tasa de inactividad. Lo que es peor, esta brecha de género se ha ampliado a lo largo del siglo XXI. En 2001 los hombres inactivos eran el 25,5% y las mujeres el 31,5; en 2016, este porcentaje ha caído hasta el 23,4% en los hombres mientras se mantenía casi igual para las mujeres, con un 31,7%.

Las regiones de la OMS en las que más crece la inactividad física son los países occidentales y latinoamericanos, con EE UU, Nueva Zelanda, Argentina, Alemania y Brasil tirando del carro en la dirección negativa. Estos dos últimos países se encuentran en el peligroso grupo de naciones en los que la tasa de inactividad física ha crecido más de 15 puntos.

Lo más importante es que claramente la inactividad física está asociada con un riesgo mucho mayor de (cada vez más) enfermedades. Cuando se habla de riesgo para la salud, se refiere que a causa de la inactividad física se pueden desarrollar con mayor probabilidad más de una treintena de enfermedades y trastornos crónicos, como síndrome metabólico, hipertensión, obesidad, infarto, diabetes de tipo 2 y diferentes tipos de cáncer, como el de colon y el de mama. Además, la actividad física tiene efectos positivos en la salud mental.

Es preciso desarrollar políticas que ayuden en la Lucha contra el Sedentarismo incluyendo compromisos institucionales, legislación, y regulaciones.

Referencias:

https://elpais.com/elpais/2018/09/04/ciencia/1536054340_198371.html

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